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ESPIRITUALIDAD SADOSA

Por: Esp. Alba Lucía González Londoño - Docente

 

Es importante alimentar sanamente nuestro cuerpo y tener una rutina de ejercicios adecuada  para conservar una vida saludable, de igual modo debemos alimentar espíritu que es el motor de nuestra existencia y nos hace crecer en la fe a través de la experiencia de Dios en nuestra vida.  En Pentecostés el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles y experimentaron vida nueva en el espíritu (Hechos 2), la cual es la sobre abundancia de la gracia, el don sobre natural que solo Dios puede darnos y lo hace regalándonos los dones espirituales que son:  Don de Ciencia, Don de consejo, Don de Entendimiento, Don de Fortaleza, Don de Piedad, Don de Sabiduría, Don de Temor a Dios.  Veamos en qué consiste cada uno de ellos y cómo nos benefician en nuestra vida de fe.

Ciencia:  Es el Don del Espíritu Santo que le permite a la persona ser conciente de la acción de Dios en su vida.

Consejo:  Es el Don del Espíritu Santo que potencia en el ser humano el amor desde el conocimiento de Dios y lo que conduce  a El; quien tiene este don enseña los designios de Dios con sabiduría en diversas circunstancias de la vida.

Entendimiento:  Es el Don del Espíritu Santo que le da capacidad al alma de comprender, inducir y deducir las cosas desde la perspectiva Divina.

Fortaleza:  Es el don del Espíritu Santo que le da entereza al alma ante las dificultades de la vida y ante la debilidad humana, le proporciona a la persona fuerza y vigor en momentos difíciles.

Piedad:  Es el don del Espíritu Santo que permite a quien lo tiene la práctica del amor para con Dios, con testimonio de amor fraterno hacia el prójimo, es imitación de la bondad de Dios y de su solicitud por los pobres.  Este don se demuestra con una adhesión filial hacia Dios que se traduce en obediencia fiel y en su culto amante a El.

Sabiduría:  Es el don del Espíritu Santo que se muestra a través de una conducta prudente en la vida con un corazón capaz de discernir el bien y el mal, en suma es el arte  de vivir bien.  El sabio tiene curiosidad por las cosas de la naturaleza, as admira y su fe le enseña a ver en ellas la mano poderosa de Dios; tiene un sentido agudo de su situación en la existencia y escudriña con atención su destino.  La sabiduría es para el ser humano el mayor tesoro, ya que ella es la distribuidora de todos los bienes: vida y felicidad; seguridad, gracia, gloria, riqueza, justicia y todas las virtudes.  Tener sabiduría es estar en intimidad con Dios.

Temor de Dios:  Se debe comprender en un sentido bastante amplio y profundo, es la observancia de los mandamientos por amor profundo a Dios, es el principio de la sabiduría.  El temor de Dios así entendido es el camino de la salvación.

 

“QUE EL ESPÍRITU SANTO ILUMINE Y GUIE LOS PASOS DE LA HUMANIDAD PARA CAMINAR TODOS POR LA SENDA QUE  NOS LLEVE A LA SALVACIÓN”.

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